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¿Sabrías decirnos qué significa “agricultura integrada”? Seguramente la respuesta sea “no”, pues es lo que ocurre con la mayor parte de los consumidores. Por eso traemos este tema a nuestro blog: queremos explicarte todo sobre ella, especialmente en lo que se refiere a nuestro sector. Así que si quieres conocer más sobre la producción integrada en el olivar, ¡Sigue leyendo!

Muchas personas creen que todo lo que no es “agricultura ecológica” ha sido producido por prácticas que no respetan el medio ambiente y que se basan en la agricultura extensiva. Pero en el sector agro, en el que existe multitud de normativa de seguridad alimentaria que vela por la calidad de los productos que llegan a tu mesa, no todo es blanco o negro. Contamos con una figura de la producción integrada que es un sistema “que utiliza prácticas compatibles con la protección y mejora del medio ambiente, los recursos naturales, la diversidad genética y la conservación del suelo y el paisaje”

En el caso de Atalaya Agroalimentaria, llevamos años acogidos a la producción integrada del olivar, manifestando así nuestro compromiso con el medio ambiente.

Producción integrada en el olivar

La agricultura integrada surge de la necesidad de dar una respuesta a la demanda, cada vez mayor, de una agricultura sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Se trata de una exigencia que nace de los consumidores y a la que las empresas debemos dar una respuesta.

Aunque el empuje social es ir hacia la producción ecológica, este cambio no puede materializarse a corto plazo. Incluso en muchos sectores resulta muy difícil de implantar. Por ello, la agricultura integrada se presenta como la mejor opción para garantizar a los consumidores dicho respeto medioambiental. Para ello existe normativa tanto a nivel estatal como regional, así como por sectores.

La norma estatal que rige la producción integrada del olivar, así como de otros sectores de manera genérica es el Real Decreto 1201/2002, de 20 de noviembre. En él se establece una definición para “agricultura integrada” así como las normas de producción y comercialización.

Por otro lado y puesto que nuestra materia prima proviene de Andalucía, en Atalaya Agroalimentaria nos regimos por el Reglamento Específico de Producción Integrada del Olivar. 

Sólo en Andalucía la superficie de olivar catalogada como Producción Integrada supone el 70% de las hectáreas totales cultivadas en este sistema, en el que también podemos encontrar alimentos como el arroz, la remolacha, la patata y los cítricos. De hecho, en 2017 estaban registradas como producción integrada del olivar 392.362 hectáreas (Fuente: Estadísticas de Producción Integrada en Andalucía 2017. Junta de Andalucía).

¿Cómo pueden saber los consumidores que nuestras aceitunas cumplen con la normativa fijada para la Producción integrada en el olivar? Pues porque existe una identificación de garantía que certifica que nuestras aceitunas son 100% naturales 🙂

Cómo garantiza la sostenibilidad la producción integrada

Una de las principales características de la agricultura integrada es la de reducir al máximo el uso de productos químicos. De esta forma, las normas estatales y regionales establecen un listado de productos y prácticas que quedan prohibidas. Entre ellas:

• Prácticas e instrumentos que deterioren el suelo y favorezcan su erosión, como por ejemplo el laboreo y la agricultura intensiva.
• Exceder los límites marcados por hectáreas/año para metales pesados, nitrógenos y otros químicos, así como patógenos y tóxicos.
• Aplicar nitrógeno líquido en zonas cercanas a corrientes de agua.
• Desinfectar el suelo con tratamientos químicos en los casos que no estén autorizados por el organismo certificador ni que cuenten con una justificación técnica.

Estas prohibiciones de prácticas de cultivo y limitaciones en el uso de productos químicos persiguen proteger la fauna y flora autóctona así como garantizar la fertilidad del suelo, evitando su degradación.

Diferencias entre agricultura integrada y ecológica

Como hemos explicado, la producción integrada del olivar es un sistema que garantiza el respeto medioambiental, pero no llega a ser calificado de producción ecológica. 

Ambos sistemas de producción comparten la existencia de una certificación, emitida por un organismo externo, que da fe del cumplimento de la normativa específica para cada una de ellas. Por otro lado, tanto la producción integrada como la agricultura ecológica protegen el medio ambiente y la salud del consumidor, aportando al mercado productos de alta calidad y con óptimos estándares de seguridad alimentaria.

En cuanto a las principales diferencias entre uno y otro sistema, podemos señalar:

Normativa

Existe normativa regional y estatal que rigen tanto la producción integrada como la agricultura ecológica. Sin embargo, para esta última existe además un marco comunitario que rige las normativas nacionales de toda la Unión Europea.

Productos fitosanitarios

Para la agricultura integrada existe un listado limitado de materias activas autorizadas. Es decir, existe un gran control en torno a los productos fitosanitarios que pueden utilizarse. En la agricultura ecológica directamente no están permitidos los productos sintéticos, de manera que se sustituyen por técnicas de control biológico y otros métodos naturales.

Coste

En general la agricultura ecológica supone un coste mayor que el cultivo tradicional e, incluso, la producción integrada. La ausencia total de fitosanitarios y la propia inversión en la continua investigación y el desarrollo para optimizar los sistemas y reducir los costes, implica que sus productos sean más caros para al consumidor. De esta forma, los productos procedentes de la agricultura integrada, ofreciendo casi las mismas garantías de respeto al medio ambiente que los ecológicos, se presentan en el mercado a un precio más ajustado.