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¿Es posible una industria agroalimentaria sin plásticos?

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Cada vez más personas deciden eliminar el plástico de sus vidas. Asumen hábitos sostenibles y optan por otros materiales. No es algo sencillo, pero cada vez los consumidores encuentran más alternativas al plástico. Sin embargo en el ámbito industrial, eliminar este material es más complicado. De hecho, en este post queremos explicarte cuáles son las dificultades que existen para la industria alimentaria sin plástico sea una realidad.

El problema de los plásticos

Lo que las personas a pie de calle llamamos “plásticos” son polímeros sintéticos derivados de los petroquímicos. Los hay de muchos tipos aunque quizá los más conocidos sean el polietileno (PE), el poliuretano (PU) y el PVC (policloruro de vinilo).

Su principal característica es la maleabilidad, es decir, son fácilmente moldeables. Esto ha favorecido que se extiendan para todo tipo de uso, sobre todo en la industria alimentaria donde lo encontramos en envases para bebidas, procesados, productos naturales, etc.

Pero tienen otra característica más: tardan cientos de años en descomponerse. Y durante este proceso se van convirtiendo en pequeños trozo (microplásticos) que acaban entrando en la cadena trófica. Esto es, otros animales –sobre todos los marinos– lo ingieren llegando a través de ellos a nuestro propio organismo. 

En las últimas décadas el desarrollo del plástico ha experimentado un crecimiento exponencial de manera que se ha convertido un material barato que aparece en cada aspecto de nuestra vida. 

Por qué se utilizan los plásticos en la industria

El plástico representa a día de hoy un problema medioambiental por las grandes cantidades que se han producido y desechado de manera descontrolada a la naturaleza. Esto ha provocado que se hayan encontrado residuos de este tipo en los lugares más recónditos del planeta.

Pero si miramos la situación desde un punto de vista más amplio, entenderemos por qué el plástico ha llegado a estar tan presentes en nuestro día a día.

La aparición de materiales plásticos supuso toda una revolución y propiciando mayores niveles de seguridad alimentaria de los que se tenían hasta el momento.

  • Son totalmente inocuos, es decir, su contacto con los alimentos no interfiere en sus propiedades –olor, sabor…
  • Evitan la aparición de reacciones químicas, como la oxidación
  • Previenen la contaminación con otros agentes externos al envasado
  • No son peligrosos para las personas que manipulan los envases, como puede ocurrir con el vidrio.

Estos materiales sintéticos:

En la mayoría de los casos, como en el de nuestras aceitunas deshidratadas, el envase de plástico es el único que puede garantizar la conservación del producto. Gracias a este tipo de envases puede crearse la atmósfera inertizada que mantiene todas las características organolépticas durante todo un año: sabor, olor, textura, cualidades nutricionales, etc

Las tres R de las sostenibilidad

Aunque, por ahora, no exista ninguna alternativa al plástico para poder envasar los productos alimentarios, en Atalaya Agroalimentaria sí hemos implementado otras medidas medioambientales. Desde hace tiempo aplicamos las “tres R” de la sostenibilidad: Reducir, Reutilizar y Reciclar. 

Reducir

Uno de nuestros logros ha sido el ir haciendo cada vez más eficiente nuestro proceso de deshidratado. Esto nos ha permitido reducir en gran medida el consumo de energía, gracias a la adopción de fuentes renovables, como la biomasa o la energía solar fotovoltaica.

Por otro lado, al apostar por ubicarnos en un entorno rural y contar con proveedores locales, hemos minimizado la huella de carbono que supone el transporte de aceitunas a nuestra fábrica.

Reutilizar

El principal inconveniente de los plásticos, y de otros residuos, es que habitualmente sólo se les da un único uso. De esta forma la relación entre su utilidad y el impacto que produce es desproporcionado. Por ello es tan importante aprovechar al máximo herramientas y materiales, alargando su vida útil para evitar desecharlo y sustituirlo por otro producto, 

En Atalaya agroalimentaria utilizamos un sistema de palés retornables, similar al de las botellas de vidrio. Nuestros clientes, al recibir la mercancía, acumulan los palés que luego nos devuelven en lotes. De vuelta en nuestra fábrica son correctamente higienizados.

Están fabricados de polímeros de plásticos que son más seguros e higiénicos para su uso en la industria agroalimentaria que los palés de madera. Estos últimos a menudo están expuesto a la polilla y la carcoma a no ser que se sometan a un tratamiento especial con desinfectante. De hecho, para ser diferenciados de los convencionales, los palos se pintan de azul.

Por su parte, los que utilizamos en Atalaya Agroalimentaria, al ser de polímeros, están exentos de la aparición de organismos biológicos y presentan mayor resistencia. Es decir, no sólo tiene una vida útil más prolongada sino que son más seguros al evitar roturas y la aparición de astillas. Por último, su higienización es más rápida, sencilla y eficaz.

Reciclar

Según su definición, “reciclar” es “Someter materiales usados o desperdicios a un proceso de transformación o aprovechamiento para que puedan ser nuevamente utilizados”. Y esto es justamente lo que hacemos con nuestro principal residuo: el hueso de la aceituna. 

En Atalaya agroalimentaria utilizamos el 100% de nuestra materia prima. Por un lado, la pulpa de la oliva es la base de todos nuestros productos. Por otro, destinamos parte del hueso a la generación de energía calórica. Con ella funcionan nuestros hornos de deshidratación.

Por otro lado, nuestros clientes derivan los envases en los que distribuimos nuestros productos a los centros de tratamientos de residuos correspondientes.

Hacia una industria alimentaria sin plásticos

Lo cierto es que hasta este momento no existe ningún material alternativo que ofrezca la seguridad y conservación para los alimentos que pueda sustituir a los envases de polímeros.

Sin embargo, la industria del packaging es consciente del grave problema que suponen los plásticos, así como la demanda cada vez mayor por parte de la ciudadanía. Encuentros sectoriales, jornadas, ferias… Las empresas dedicadas a envases trabajan para encontrar una solución viable a la industria alimentaria que, manteniendo los estándares de seguridad y conservación de los alimentos, ayude a reducir la presencia de plástico en el mercado.

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