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¿Son las aceitunas deshidratadas frutos secos?

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No es la primera vez que nos preguntan si las aceitunas deshidratadas de Atalaya Agroalimentaria pueden considerarse frutos secos. De hecho, suele ser una consulta muy común. Los frutos secos forman parte de nuestro día a día gastronómico, pero hay veces que su definición o clasificación, queda fuera de nuestro conocimiento.

Como consecuencia, a menudo hay quien se pregunta, ¿qué puede considerarse frutos secos? Las pasas o aceitunas deshidratadas, ¿también lo son? ¿Qué diferencia hay entre frutos secos y fruta deshidratada?

En el post de hoy vamos a abordar todas estas cuestiones para que, a partir de ahora, seas tú quien ayude a solucionar todas estas dudas en cualquier conversación 😉

¿Qué se consideran frutos secos?

Si atendemos a la definición que ofrece el Código alimentario encontramos que se considera “fruta seca” (o fruto seco) aquella cuya “parte comestible posee menos del 50% de agua”.

De esta forma, las frutas desecadas o deshidratadas entrarían dentro de esta clasificación. No obstante, cabe una distinción más: si esta composición hídrica es consecuencia de su naturaleza o es un estado.

Es decir, existen frutas y semillas que, desde su origen, no contienen gran cantidad de agua. Por su parte, las frutas deshidratadas, presentan ese menor porcentaje de humedad porque han sido sometidas a procesos para extraer parte del agua que formaba parte de su naturaleza. 

¿Y cuáles son los frutos que desde el origen poseen menos del 50% de agua? En su mayoría suelen corresponderse con las semillas de las plantas oleaginosas.

Frutos secos oleaginosos

Las plantas oleaginosas “son vegetales de cuya semilla o fruto puede extraerse aceite”. Además de la extracción de aceite, estas semillas comparten características como que están recubiertos por una cáscara dura y que son alimentos muy ricos en grasas y proteínas, por lo que ofrecen gran aporte energético.

Estas semillas oleaginosas son lo que habitualmente conocemos por frutos secos. Nueces, castañas, piñones, pistachos, anacardos, almendras y avellanas son algunos de los frutos secos oleaginosos más conocidos. También se incluyen en esta clasificación las semillas de girasol o calabaza.

Curiosamente, aunque solemos incluir en este listado a los cacahuetes, estos están clasificados como legumbres, al igual que las lentejas o los garbanzos.

Fruta deshidratada vs frutos oleaginosos

Como comentábamos al principio, si atendemos sólo a la composición de agua la fruta desecada también puede considerarse como fruto seco. Los higos, las uvas, las ciruelas, los orejones, los dátiles… todos ellos son frutas que se pueden deshidratar y consumir con un 50% de humedad, 

Además, a nivel nutricional, comparten también otras características, como el gran aporte de fibra o minerales. Por otro lado, al estar deshidratadas presentan una mayor concentración de nutrientes, como azúcares o vitaminas. Otra característica es que apenas poseen proteínas o grasas

¿Y las aceitunas deshidratadas?

Hay un aspecto que diferencia a las aceitunas deshidratadas del resto de frutas: la oliva es un fruto oleaginoso, del que puede extraerse aceite. Por tanto, su aporte nutricional es más similar al de los semillas oleaginosas con cáscaras que al de la fruta desecada. En efecto, la aceituna ofrece un alto contenido en proteínas y ácidos grasos Omega 3, mientras que presenta menor índice de azúcares.

Eso sí, en su estado natural no presenta cáscara dura y su contenido de agua es mayor. Por ello, no puede considerarse un fruto seco oleaginoso, quedando en la frontera de ambas clasificaciones

Precisamente esto es lo que hace que nuestras aceitunas deshidratadas combinen tan bien, como snack, junto a frutos como almendras, avellanas o las pipas de girasol. Incluso mucho más que las pasas, al ser menos dulces que éstas. ¿Te animas a probarlas en tu próximo aperitivo?

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