Atalaya Agroalimentaria, S.L.

¿Odio a las aceitunas? Te contamos el secreto para acabar con esta fobia

Puede que la escena te resulte familiar: estás entre un grupo de personas tomando un aperitivo. De repente, sirven unas aceitunas. Uno o varios miembros del grupo muestran su desagrado, su fobia a las aceitunas.

Esta escena es tan común que seguramente conozcas a muchas personas que compartan esta animadversión por el fruto en su estado natural. Porque si hay algo de llamativo en esta fobia a las aceitunas es que no se replica con el aceite.

Por eso cabe preguntarse, ¿a qué se debe esta fobia a las aceitunas? ¿Por qué hay tantas personas que odian las olivas? Es una cuestión que no es sencilla de abordar y sobre la que no hay estudios científicos. Lo que sí podemos es hacer una aproximación y plantear una hipótesis. ¿Querrás dejarnos tu opinión al terminar de leer el post?

Qué es una fobia

Antes de entrar de lleno en las aceitunas, vamos a aclarar el primero de los conceptos. La palabra “fobia” tiene un significado muy diferente en el uso coloquial y en el clínico. En efecto, en nuestro día a día, la identificamos con un simple “temor” o incluso con una “repulsión” hacia alguna cosa. 

Sin embargo, en el ámbito de la psiquiatría la palabra define un trastorno con unas características muy específicas. Esta es la definición que recoge el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española: “Temor angustioso e incontrolable ante ciertos actos, ideas, objetos o situaciones, que se sabe absurdo y se aproxima a la obsesión”.

De esta forma, no cualquier “miedo” puede considerarse fobia. En el Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders se recogen los requisitos que debe cumplir para ello.

Otro término muy relacionado con las fobias son las “manías”. Una vez más, la palabra adquiere en el ámbito médico un significado diferente al que utilizamos en la vida cotidiana. Mientras que en lo primero puede significar una “manía caprichosa”, en psiquiatría se trata de un “síndrome o cuadro clínico, por lo general episódico, caracterizado por la excitación psicomotriz derivada de una exaltación de la consciencia de sí mismo” (DRAE).

El origen de una fobia puede estar en una situación traumática vivida en el pasado. De manera que cuando una persona vuelve a experimentar con ese mismo estímulo, aparece ese miedo irracional y, la mayoría de las veces paralizante.

Las fobias más conocidas son la agorafobia, que es el terror a los espacios abiertos, y la fobia social. Sin embargo, existen multitud de fobias específicas. Este artículo del diario digital 20 Minutos recoge algunas de las más extrañas o poco conocidas.

¿Fobia a las aceitunas o sólo odio?

Por todo lo que hemos explicado en torno a las fobias, se puede concluir que no existe oficialmente la fobia a las aceitunas. Más bien el origen de su repulsión está en el asco. Es decir, esa emoción primaria que tiene una utilidad adaptativa: el asco nos permite evitar aquello que puede ser dañino o venenoso para nuestro organismo.

Sin embargo, ciertas personas desarrollan asco a determinados alimentos o sustancias inocuas. Y el origen, al igual que en las fobias, se encuentra en alguna experiencia traumática o, simplemente, desagradable de su pasado. 

Quienes presentan repulsión por las aceitunas no lo hacen sólo por su sabor. Es decir, no basta con no comerlas, la mayoría de las veces tampoco soportan su olor ni que hayan estado en contacto con otros alimentos que sí vayan a consumir. Hay casos extremos en los que ni siquiera pueden estar en el campo visual de dicha persona.

Sin embargo, como hemos comentado al principio, estas mismas personas no suelen presentar ningún inconveniente a la hora de consumir aceite de oliva. Es más, en la mayoría de los casos disfrutan de su olor y su sabor.

¿A qué puede deberse?

No hay una respuesta sencilla o definitiva para ello. Como hemos explicado en el origen de esta repulsión suele estar relacionado con experiencias desagradables del pasado de una persona. Por tanto, suelen ser motivaciones individuales.

Una posible explicación a este fenómeno suele ser el encurtido: quienes presentan aversión a la aceituna lo hace también a otros productos aliñados o aderezados. El olor de estos productos suele ser fuerte y penetrante por lo que puede llevar al desagrado a determinadas personas. 

Por tanto, la clave de este “odio irracional” podría estar en el encurtido y no en el fruto en sí. No hay muchas personas que, presentando esta repulsa a las aceitunas se atrevan a probarlas en otros contextos. 

Sin embargo, en Atalaya Agroalimentaria sí tenemos experiencias que vendrían a validar esta hipótesis. Personas que han probado panes elaborados con harina de aceituna negra e, incluso, que contenían trozos de aceitunas deshidratadas y han mostrado una actitud favorable. De hecho, la comparan con una cata de aceite, principalmente por el sabor.

Si estás leyendo esto y tú también sientes odio a las olivas, te animamos a que nos cuentes tu experiencia y a que nos respondas: ¿te atreverías a probar nuestras aceitunas deshidratadas?

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